Estudié Antro y ¿ahora qué? por Andrés Sibaja
- Andrés Sibaja
- 18 sept 2020
- 5 Min. de lectura
Al final del día, si me preguntan cómo me defino, digo que soy antropólogo freelance, por
el hecho de que me paso moviendo entre proyectos muy distintos.

¡Hola! Soy Andrés Sibaja, antropólogo y licenciado en Administración de la Educación no Formal, actualmente, estoy haciendo mi tesis para la licenciatura en Antropología Social.
Estas experiencias académicas me llevaron a conocer muchas personas y colegas que han
sido importantes para las experiencias laborales, que Karen me ha pedido que comparta en
esta publicación.
Por allá del 2012, en un curso para el bachillerato de Antropología conocí a una de las
personas más importantes en vida profesional y personal: Dani. Fui compañero de Dani en
un curso sobre museología, donde trabajé con ella los proyectos del curso, la vida continuó
y a finales del 2015 Dani me contactó para trabajar como asistente en un proyecto que ella
iba a iniciar en el 2016, un proyecto hermoso y que tuvo un gran crecimiento a nivel
personal y profesional para ambos.
La experiencia Becas Taller

Este proyecto, en el que Dani me invitó a colaborar como asistente, fue parte del programa
Becas Taller, de la Dirección de Cultura del Ministerio de Cultura y Juventud de Costa
Rica. El proyecto tenía como base (u objetivo si se quiere) trabajar en las comunidades del
Valle de Ujarrás y Santiago (localidades de la provincia de Cartago) la revalorización de la
tradición culinaria local basada en el chayote. El trabajo se realizó en conjunto con distintos
grupos comunitarios, tanto jóvenes como personas adultas y adultas mayores, quienes nos
compartieron sus historias de vida, logros y dificultades personales y a nivel comunitario.
Los resultados de este proyecto fueron un libro estilo memoria-recetario y un pequeño
documental (que pueden ver aquí).
La experiencia de Becas Taller permite ser un punto de acceso a ese campo laboral que, en
muchas ocasiones, durante se estudia la carrera no se logra visualizar; estudiar “antro” es,
en muchas ocasiones, un camino de mucha incertidumbre laboral (por diversos factores) y,
si bien el programa de Becas Taller no está dirigido únicamente a profesionales, sino que apoyan todo tipo de iniciativa de proyecto cultural propuesto por cualquier persona o
asociación, este programa ofrece un punto para conocer una parte de “la calle” (es decir, el
quehacer fuera de la academia).
Por eso, cerca de cerrar el proyecto en el que participé en el 2016, decidí enviar una
propuesta de proyecto para el programa de Becas Taller. Dicho proyecto resultó ser parte
de los proyectos que recibirían el financiamiento para ejecutarse en el 2017. En esta
ocasión como encargado del proyecto, junto a otra colega y gran amiga, Sandra,
emprendimos el camino a conocer la historia de la comunidad de Lourdes en Agua Caliente
de Cartago, con el objetivo de revalorar el trabajo del ladrillero artesano, donde conocimos
la historia no solo de la comunidad, de su formación, sino que conocimos las formas de
trabajo artesanal para la elaboración de ladrillos rojos, técnica que, en la actualidad, ha
tenido muy pocas modificaciones desde que se inició este oficio en el siglo XIX,
aproximadamente, en esta comunidad.
Trabajamos con distintos grupos comunitarios, (población infantil, jóvenes, personas
adultas y adultas mayores), con lo que logramos tres productos muy valiosos para la
comunidad: un mapeo histórico de la ubicación de las ladrilleras que existieron (y un par
que todavía se mantienen en pie) en la comunidad, una exposición fotográfica y un libro
memoria con la historia de la comunidad y el proceso de trabajo en la ladrillera artesanal
(este libro lo pueden ver aquí).
Ahora, estas experiencias de Becas Taller me han llevado a preguntarme del valor de la
antropología en los estudios culturales, campo en el que se supone somos los profesionales
por antonomasia y algo más importante de nuestra forma de ser (a nivel profesional) para
lograr entrar al mercado laboral.
En el primer caso, en el proyecto del 2016, en su momento Dani me dijo que se decidió por
contactarme para invitarme como su asistente porque conocía mi forma de trabajar, este
aspecto es algo importante incluso desde que uno se encuentra cursando la carrera, porque
un punto a tener claro es que mis compañeras y compañeros serán mis colegas, quienes
incluso me pueden brindar oportunidades laborales; lo que quiero decir con esto es que, durante la carrera y después de esta, cada uno de nuestros pasos, nuestras actitudes,
comportamientos, las maneras de afrontar las situaciones y asignaciones (académicas y
profesionales) están siendo valoradas por otras personas que nos evalúan de una u otra
manera.
Así, cuando Dani me contactó y me dio ese motivo por el cual me quería en su equipo, me
di cuenta que durante mi época de estudiante del bachillerato no había sido consciente de
que mis acciones, como estudiante, ya tenían un peso para mi futuro profesional. Ok, sí, ya
varias personas me habían comentado acerca de ese factor importante, pero no fui
consciente de ese hecho hasta que me sucedió.
Pero Becas Taller, el trabajo en equipo y todos los aprendizajes que obtuve de los dos
proyectos en los que participé fueron el aliciente para sentir mayor confianza para el trabajo
en “la calle”.
Teatro, pero no sobre las tablas
Luego de Becas Taller, llegó, de manera inesperada, otra de las experiencias laborales que
he tenido. Inicié los cursos de la Licenciatura en Adm. de la Educ. no Formal en el segundo
semestre del 2017 y fue hasta el 2018 cuando un compañero del programa, Martín, me
contactó para ofrecerme un trabajo en su proyecto, llamado Teatro Restaurativo.
Aquí mis funciones fueron de asistente técnico en la parte de sistematización, análisis y
redacción de informes finales de trabajo de varios proyectos que realizaron a lo largo del
año en el que estuve en este equipo.
Aunque en principio no pareciera que hice trabajo de antropólogo, desde adentro sí que lo
fue por un motivo principal; en un inició llegué a poder trabajar en este proyecto de teatro
educativo (por decirlo de manera “mal” resumida) por ciertas destrezas que tengo con el
diseño de presentaciones en Power Point, pero en el trabajo de la creación de gráficos de la
información, poco a poco, fui dando apoyo en el análisis de esos datos, con lo que, al final,
mi formación en antropología se vio un poco implicada para bien.
De nuevo, muestro con esto que, el campo laboral de “la calle” nos observa; en mi caso, al
realizar presentaciones más “creativas” causó un interés en Martín para contratarme para
colaborar en su proyecto de Teatro.
Otras formas de hacer antropología
Salí de Teatro Restaurativo a mediados del 2019 y desde entonces he estado participando
en varios proyectos donde he estado aplicando la antropología desde lo “tradicional” hasta
lo “no tradicional” de esta disciplina.
Desde el 2016 he indagado sobre la antropología organizacional y ya para el presente año
2020 soy parte de un proyecto (+INVOLVE) que lleva esa línea, seguimos en la etapa de
preparación, pero ya hay bases muy fuertes para empezar a adentrarnos en este campo de la antropología organizacional.
Por otro lado, comencé a participar en un equipo de desarrollo de una app-juego por
invitación, en este proyecto mi función es de antropólogo-investigador de aspectos
culturales del país.
Nuevos caminos
Al final del día, si me preguntan cómo me defino, digo que soy antropólogo freelance, por
el hecho de que me paso moviendo entre proyectos muy distintos. Algo que siempre me
han dicho, algunas personas con otras formaciones y áreas, sobre la antropología es que es
una disciplina muy versátil; eso siempre me ha quedado grabado, al punto de ir
descubriendo nuevos intereses en los que quiero profundizar, como los aportes de la
antropología al mercadeo, en los estudios de experiencia de usuario (UX) y en el desarrollo
de productos.
En resumen, si tuviera que contestar a cómo buscar trabajo luego de estudiar antropología,
mi respuesta sería que hay que moverse, buscar los espacios “no tradicionales” en el que el
quehacer antropológico puede ofrecer valor; construir redes, alianzas o como gusten llamarles es un puente también valioso, pero desde mi experiencia es también no olvidar
que nuestro entorno nos observa, en especial cuando todavía se es estudiante.

Andrés Sibaja
Antropólogo con experiencia en el trabajo con grupos comunitarios, el desarrollo de procesos de gestión y transformación sociocultural e investigación en el área sociocultural.
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