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Lecciones aprendidas

  • Foto del escritor: La antropóloga
    La antropóloga
  • 28 ago 2020
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 5 sept 2020

Un error es una oportunidad de aprendizaje.



En mi primer puesto, como coordinadora de la Fundación OMAVAD, aprendí varias cosas y me gustaría compartirlas con ustedes. Mi primer error fue no preguntar qué deseaban cuando me pidieron que realizara una investigación. Yo inicie el proceso investigativo como lo hacía en la universidad y considere que un plazo de aproximadamente un año era normal. Al parecer este plazo no era el que esperaban en mi trabajo. Por lo cual, después de unos meses me comenzaron a preguntar cuándo terminaría la investigación.


Utilizando mi formación de antropóloga los formule como preguntas de investigación.


Lo segundo que comprendí fue que debía pedir ayuda y que era necesario utilizar mi red de contactos. Yo siempre he sido el tipo de persona que si no sabe algo lo busca y no me gusta molestar a los demás. No obstante, en mi trabajo hubieron situaciones en las cuales mi desconocimiento de un tema era tal que no sabía a dónde encontrar la información o que solamente lograría un cometido con la ayuda de otros. En estos casos me decía a mi misma, “Lo peor que puede pasar es que digan que no.” Sin embargo en algunas ocasiones tuve problemas que parecían no tener solución y en los que nadie me podía ayudar pero logré desarrollar una forma de enfrentarlos. Utilizando mi formación de antropóloga los formule como preguntas de investigación. De esta forma siempre tenían respuestas, solamente había que encontrarla.


Me da vergüenza admitirlo pero ignoraba que debía presentar una propuesta de un proyecto ante otras instituciones u organizaciones con las cuales deseaba colaborar.


Me da vergüenza admitirlo pero ignoraba que debía presentar una propuesta de un proyecto ante otras instituciones u organizaciones con las cuales deseaba colaborar. Aunque en varios casos no la solicitaron a partir de que comencé a elaborarlas había mayor seriedad y respeto hacia el trabajo. Asimismo aprendí, que cuando se me encomendaba un proyecto desconocía lo que en verdad se deseaba lograr por medio de este. Por lo cual, podía ejecutarlo de forma exitosa sin lograr la satisfacción de mis superiores. Lo que me hacía falta era establecer el alcance del proyecto. Al percatarme de esto empecé a hacer preguntas como, ¿cuál es el propósito de este proyecto?


Lograr entender lo que espera cada individuo y cumplirlo es la mejor manera de mantenerlos comprometidos.


Trabajé con varios voluntarios y con ellos entendí que la mejor forma de motivarlos es permitirles apropiarse de su labor al escucharlos e involucrados desde un inicio así como, darles las herramientas o recursos necesarios para desarrollar sus ideas. Asimismo, es importante poner fechas límites ya que algunas personas hacen las cosas hasta el último momento. Otro aprendizaje fue que cada voluntario desea obtener algo de la experiencia. Lograr entender lo que espera cada individuo y cumplirlo es la mejor manera de mantenerlos comprometidos.


Personalmente, comprendí que uno tiene un deseo o una meta en mente cuando comienza una relación laboral. Es importante escribir el motivo por el cual uno desea un puesto porque es fácil olvidarlo. Esa razón funciona como un norte y lo puede mantener a uno motivado cuando la situación se pone complicada. También, le puede orientar a uno a tomar la decisión de cambiar de trabajo. Del mismo modo, es importante conocer el rol de uno, que se espera de uno? Y ¿ Qué se me permite hacer para lograr los objetivos?


 
 
 

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